“Esperamos
el tiempo del Suramericano para conocer el potencial y el valor del fútbol
femenino. Ellas existen, están aquí desde hace ocho años. Dense cuenta de lo
que venimos haciendo. El fútbol femenino goza del desprecio, el desinterés y la
falta de apoyo…”
Kenneth
Zseremeta. Director Técnico Selección Sub17 femenina.
El
deporte, en Venezuela y el mundo, constituye un escenario de historias
increíbles, hazañas heroicas y ejemplos de lucha donde el trabajo, el
compromiso y las “ganas de echar pa ante” se sobreponen a las más duras dificultades
frente a las cuales muchos podrían rendirse, dejando en ocasiones de lado
responsabilidades propias, culpándolas a ellas de sus desgracias.
En
Venezuela, son muchos los casos que recuerdan la fortaleza y la posibilidad, en
medio de las más arduas dificultades, de sobreponerse a los obstáculos y salir de
ellas incluso más fortalecidos, tanto física como emocionalmente. Andrés
Galarraga, pelotero insigne de nuestro beisbol, cuenta como en su duro tránsito
por la enfermedad del cáncer, fue clave para el mantenerse optimista y
positivo, “nada es fácil en la vida, pero cuando le pones interés y coraje a
todo, siempre obtienes lo que deseas”. Por
otro lado de las canchas, están las historias de trabajo en el campo del futbol
a nivel de categorías inferiores de la mano de seleccionadores como Lino
Alonso, que demuestran como el fenómeno
“Vinotinto” es algo que va más allá de frases positivas o recetas de éxito a
corto plazo. Son jugadores que frente a
condiciones difíciles fueron formados desde la idea del desarrollo de la
profesionalidad, del trabajo, desde hace muchos años. Asimismo, conozco de cerca historias de
grandes logros por parte de atletas de pool y billar, como Johanna Espinoza,
entre otros (as), que a pesar de no contar con los recursos ideales para su
entrenamiento y participación en competencias, han puesto a Venezuela en alto
en las más importantes competencias internacionales. Son muchos los ejemplos, a
veces no mencionados o reseñados, que invitan a pensar en la gran capacidad de
nuestros atletas de sobreponerse a dificultades.
Más
recientemente, el logro de las llamadas “chicas superpoderosas” de la selección
de futbol femenino sub17 y la ejemplar historia de Yulimar Rojas y su
campeonato en Salto Olímpico, me permiten, desde una mirada externa y con una
gran admiración y respeto frente a todas estas historias, pensar en el concepto
de la resiliencia deportiva como
proceso individual y grupal que ha estado presente en nuestros atletas. Hablo
de proceso, porque si bien el concepto de resiliencia en la actualidad se
debate frente a su consideración como un rasgo de personalidad o como un
proceso de desarrollo dinámico, la segunda aproximación permite pensar en la misma
como una capacidad que se desarrolla con el tiempo a partir de las
interacciones del sujeto y el medio que lo rodea.
La
resiliencia es un constructo teórico que hace referencia a la cualidad que se
desarrolla en los atletas a partir de la interacción de distintos factores de
carácter individual, familiar y social. En esencia, es una habilidad individual
(¿y grupal?) para mantener, relativamente estable, los niveles de
funcionamiento y competencia, así como experimentar una adaptación positiva una
vez pasado la exposición a una adversidad significativa. Un aspecto fundamental
en el proceso de resiliencia se basa en la evaluación positiva y la forma de
pensar que tienen estos atletas frente a las dificultades. La situación
estresante, representa para ellos una situación motivante, un reto, una oportunidad de crecimiento, no una
amenaza.
De
esta manera, la adversidad se convierte en una vía que permite mejorar los
recursos personales, obteniendo de ella aprendizaje, valores, una perspectiva
ampliada de vida, motivación para ayudar a otros, dar importancia al apoyo
externo (escuchamos, en muchas entrevistas, a las muchachas de la vinotinto
llamando a que la gente llene el estadio y las apoye desde las gradas),
fortalecimiento y mejora.
Desde
la psicología del deporte, se han investigado algunas características
individuales y grupales que pueden contribuir al desarrollo de la resiliencia. A
nivel individual, destacan por ejemplo rasgos de la llamada “personalidad
positiva”, tales como el ser extrovertido, optimista, mantener una estabilidad
emocional y alta disposición a vivir nuevas experiencias. También destacan la
concentración y la confianza. A nivel grupal, resulta fundamental en el
desarrollo del perfil resiliente el apoyo social percibido por parte de los
atletas. Este proviene del ambiente inmediato y más cercano, tal como lo es la
familia, los entrenadores, los compañeros de equipo y el personal de apoyo. Otras variables grupales que considero
contribuyen a la resiliencia son la cohesión, el compromiso del grupo con sus
objetivos, su capacidad de disfrute y un liderazgo sólido y positivo. Un
destacado psicólogo deportivo venezolano, Manuel Llorens, destaca una
característica grupal interesante, la capacidad de crecimiento continuo de un
equipo, que también puse estar asociada con la resiliencia. Todos estos son
temas que siguen siendo parte de la investigación en el área de la psicología
del deporte. La resiliencia también
supone que es necesario exponerse a cierto riesgo controlado, ensayar y errar
para poder desarrollar la confianza y la tolerancia a la frustración y promover
la iniciativa para hacer frente a las dificultades de manera autónoma.
Al
escuchar la historia de vida de Yulimar Rojas, llena de dificultades
socioeconómicas y familiares, el concepto de resiliencia y lo que he reseñado
hasta el momento se resume en sus declaraciones: “Me siento orgullosa de todo el trabajo que hemos hecho, de todo lo que
hemos logrado, pero me gusta pensar que esto es solo el comienzo, y que vienen
muchas cosas mejores”
Para
finalizar, dejo algunas de las declaraciones dadas en estos días acerca de
nuestras chamas “superpoderosas” de la Vinotinto Sub17 femenina de Futbol.
“Es una jugadora muy completa, ojalá podamos contar con más talentos como ella, ‘talentos silvestres’ como les decimos nosotros. Estaba en un barrio de Valencia y luego pasó a jugar fútbol organizado. Pero antes jugaba en la calle fútbol con sus amigos. Es la esencia del ser venezolano” Manuel Sumoza sobre Daniuska Rodriguez.
“He
progresado técnicamente, también soy mucho más rápida que antes en la toma de
decisiones dentro del campo. Y, por último, tengo más confianza en mis
capacidades”. Daniuska Rodriguez
"Estoy
agradecida con el público asistente y con mis compañeras por cada pase que me
dan", Deyna Castellanos. Capitan
“Dimos todo en la
cancha, el corazón, la vida… Nosotros sin apoyo sin nada seguimos entrenando,
entrenamiento a entrenamiento, sol, lluvia, lo que caiga, y bueno aquí están
los frutos, estamos calificadas al Mundial… Doy gracias a Dios, y a mi familia
que siempre me apoyo”. Maria Gabriela Garcia
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